Una vez recostada en la oscuridad de la recamara, la mente comienza a divagar, recordar y formar nubes de humo que no permiten ver con claridad lo ocurrido.
Aún hoy tantos años después sigo imaginando un mundo fantastico y sublime, también un poco bizarro, pero un mundo al fin y al cabo mio y solo mio.
Solo yo puedo consolar este deseo inmesurable por regresar el tiempo, un deseo sin precedente me recorre, y tengo miedo, miedo de verte otra vez, porque de mi afloran los más bajos instintos.
Solo yo, por qué solo yo??. El mundo es incongruente y las personas lo son aún más.
Que el tiempo decida, no solo yo.
domingo, 22 de abril de 2007
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