qusiera saber cómo estas, donde estas, llamar y escuchar una voz que me diga: ¿qué tal? y reir como tantas veces lo hicimos.
Ahora la vida ha cambiado más y más, poco a poco los caminos divergen aún más el mio del tuyo, tu por el mismo camino y yo, yo he tenido que caminar por otro sendero, en la busqueda de no encontrarte, paradógico, lo se pero, así seras feliz algún día aunque yo no le sea, por no estar entre tus brazos como algún día lo estuve.
Luna ayudame a no perder la razón, razón que se fue con mi adios, un adios que no nacio del corazón sino de la razón.
Perdón pedire una y mil veces aunque no escuches esta voz que se quiebra al verte, se me odiaras toda la vida, mientras yo, te amare por siempre, aún cundo tu mirada ya no este sobre mis ojos.
Mi único testigo: La luna, testigo fiel y amable que cada noche me acompaña en la busqueda de una respuesta ante algo tan injusto en la vida.
martes, 5 de junio de 2007
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